Seguramente ese día caía mi gran postura al ser un inmortal. Las cosas se apagan, las luces se apagan, el sol algún día se apagará , pero la vida no ! la vida termina. Esas palabras, tan simples, pero tan duras... como espadazos en las costillas. Por 10 minutos tildado, el silencio, el no poder hacer NADA. Hubiera pagado por poder reaccionar, tal vez prenderme un pucho y poder ver un poco las cosas, pero ya sabía que nada tenía vuelta atrás, era una carrera que llevaba ya como 3 meses y había llegado a la meta. Abro la puerta, bajo, observo un auto que pasa, nada ocurre y sigo caminando. En esa media cuadra caminada esperaba que una voz de mi propia cabeza me dijera: CHE ESTÚPIDO REACCIONÁ! Pero no llegó ni a nacer esa voz, podría ser que los nervios y el miedo me habían tapado las venas y/o arterias de mi círculo colgante. Doblo en la esquina miro el nuevo horizonte, allí un par de caras conocidas, para mí eran todos unos caretas que nada más tiraban face por el momento, saludo de muy mala manera y entro. Como si la vida se pusiera en cámara lenta todo tenía más detalles, como si todo resaltase más de lo normal. Paso por al lado de algunas botellas de coca y de otros tipos de bebidas, seguramente mi garganta no sabía si estaba seca o no, ella no lo sabía. Suavemente corro la cortina, veo caras, caras y caras que en el momento me daban por las pelotas, el decirles:
-De qué carajo se lamentan?
Pero sin embargo no quería armar mucho quilombo, llego al cuarto, observo la cama, dirijo mi vida a lo que una vez fue una persona, ahora cambiaba su término en el diccionario para ser dicho... cuerpo. Le doy vuelta a la cama, pasa mi padre, fijo mi mirada en la cama de nuevo, lo miro. Él no lo sabe, desearía que lo haya sabido, por un par de minutos los momentos se me resumen en un flash. Ojeo hacia la derecha, la luz pasaba por la cortina, alumbrando la habitación, me llamó la atención en el momento por no pensar en lo que sucedía. Lo miro de nuevo ya no sabía que hacer, parecía como si las paredes se derrumbasen sobre mí, el aire se había agotado, no podía respirar. En un último intento de no desesperarme beso su mejilla, fría, áspera, muerta. Casi a punto de ahogarme salgo corriendo hacia afuera, todos me miran, no les doy importancia. Mis ojos pidiendo llorar y sin darles el gusto. No me gusta verme débil pero tuve que hacer la excepción, llego a la puerta, no quería abrazarme con la primera persona que se me cruzase por suerte lo veo a mi amigo, lo agarro, lo apretó y lloro...aun pienso que nunca había llorado tanto por alguien, era como querer agotar el agua en mi cuerpo. Empiezo a decir algo, no me acuerdo, tan poco se entendía, eran un intento de sacar los nervios, la tristeza, el dolor, pensando que el mundo se acabaría ahí, pero no importaba, yo lo haría renacer de nuevo a partir de mi dolor. Termino, todos me hablan, yo estoy aturdido, observo el suelo y me siento, meto rápidamente la mano en mi bolsillo y saco el primer cigarrillo que agarro, lo prendo y lo fumo. Mientras estrujo mi cuello, siento los nervios pero ya en una forma física. Me levanto, tiro el cigarrillo y SE APAGA.
26 sept 2009
Las Luces Se Apagan
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Suculento muñe.. veo que a pasado de Flogger a Blogger sólo una letra lo separa (en este caso muchas)... bueno primo te puse en blogs que recomiendo en mi espacio(blog, uncompactito, como sea).
ResponderEliminarNos vemos, crudito.
PD: Mellado se estaba tomando alto Vermucito con los lompas por los sobacos como de costumbre.