2 ene 2018

【℃HⒺIMλN】




El Cheimán sube el otero bajo un cielo anochecido. Las estrellas van prendiendo el firmamento como su interior. Mientras asciende los pies reciben el desgaste de su esfuerzo, los pensamiento al ver la cúspide le va suprimiendo lo que percibe. A cada metro va recapitulando su camino desde el comienzo hasta aquí. La desdicha y fortuna confluyen en el mismo rió en el que va surcando. Cavila en quien es, en quien fue. Se da cuenta que ya no se reconoce. Que su ideal de su "yo" desaparece. El aventurero rectifica toda huella de lo que piensa que es. Todo es una calumnia del mundo que lo rodea. Que el jamas podría, y ahora que pudo, recuerda lo que el sentía que era. Duda de todo y ahora no intuye quien yace en si. Que el monte lo transmuto, que las piedras que tropezó lo fueron borrando poco a poco. Llega lentamente, confundido. No disfruta de su logro. Sabe que la cima no lo es en totalidad, el viaje es más fuerte. Comienza su ritual, que ahora resulta algo absurdo. Prende la hoguera y un ser mira el nuevo faro en el horizonte. Sabe que el Cheimán llego, eso es bueno. Él no volverá, él sabrá, a descifrar el misterio de aprender de su caminar. A aceptar que con cada paso un poco de si ha de dejar. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario