
Me levantaba, mire la hora... eran las 3:30. Tu presencia en mis sueños me provocaba insomnio. Baje a la cocina, encendí la tele para poder despejar mi mente, pero no podía, miro tu taza sucia en la lavacha, nuestra foto de unas vacaciones en Pinamar y una pila de proyectos que teníamos juntos sin cumplir. Abro la heladera... tu tarta de hace 3 noches atrás a medio comer, yo sin hambre pero con tanta nostalgia. La cerré y fui a mi minibar, me serví una pequeña porción de tequila... sin sal ni limón lo bebí. Me cuesta creer que la vida es tan frágil y la verdad lo es. Me serví otro y lo tome rápidamente. Tu perfume a flores del desierto invadían el ambiente, una lagrima caía de mi ojo izquierdo y el otro lo acompaña para evitar la soledad. Encendí el equipo de música, puse ese CD de Pink Floyd que nos gustaba tanto y el tema Wish you were here acababa conmigo. Tus sandalias color café, esa carta que me escribiste para nuestro primer mes de noviazgo y ya no sabia que hacer para no verte. Se habían echo las 5:15, 7 tequilas ya bebidos y yo aquí sin ti.
sos muy bueno hermano
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