10 jul 2013

La cura



El Tifus desde el año cuatrocientos treinta antes de cristo se convirtió en una de las más antiguas enfermedades infecciosas de la historia, matando a tres millones de individuos. En el siglo XIV fue la peste negra, asesinando aproximadamente a quince millones de personas en Europa. A comienzos del XX la gripe española, que mientras finalizaba la primera guerra mundial ataco a la humanidad liquidando cerca de cuarenta millones. 
Pero encuentro aquí el error, remarcando que dentro de este y otros tantos padecimientos que han hecho estragos para el ser humano durante su crónica pasada, existe una la cual no fue nombrada. 
Busque en libros, Internet, documentales sobre el tema y en ningún lugar logro encontrar a la afección más antigua y peligrosa de la historia. 
El amor, si, sonara un poco arrogante, ignorante, insensible hasta triste decir esto. Sin embargo, fue, es y será por siempre la enfermedad sobre todas las enfermedades. Pero es curioso decir que existen pocos casos de muerte por culpa del amor, ya que el amor no mata a la vida, si no, que mata en vida. 
El amor es un padecimiento que cura, que nos hace sentir más vivos que nunca. Nos produce felicidad, plenitud, gloria por así decirlo.
Muchos podrán decirme que han estados infectados, no obstante, creo que pocos lo estuvieron. No confundamos amor con apego o compañía. El amor realmente cuando se está contagiado no se lo puede controlar. No se puede curar, ni tampoco se quiere sanarse.
Y a pesar de que suena maravilloso cargar con esto, no es hasta que la otra persona que yace junto a nosotros, la cual creemos que está enferma nos demuestra lo contrario, que nunca fue así. Por qué repito, no embrollemos, pueden existir síntomas muy similares con el cariño o el cortejo, y solamente uno puede darse cuenta que se halla infectado cuando la enfermedad deja de darnos todo lo que parecía una cura y nos ataca con lo contrario, con la melancolía, el dolor, la muerte en vida.
Quizás piensen que con esta argumentación lo que le estoy diciendo es que nunca, jamás se enfermen y no es así. Admiro a los acometidos de amor, me compadezco de ellos y de mí. No existe forma de sentirse más vivo, que estando enfermo de amor. Nada lo iguala, aunque parezca casi igual, no es igual, ni se le asemeja a sentirlo.
Y el problema no es que exista gente enferma de amor, el problema es que no lo estemos todos. Así que un día ojala pueda ser así, ya que solamente cuando estemos todos enfermos, ese momento va a ser el cual todos estemos curados.

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