El Tifus desde el año cuatrocientos treinta antes de cristo se convirtió
en una de las más antiguas
enfermedades infecciosas de la historia, matando a tres millones de
individuos. En el siglo XIV fue la peste negra, asesinando
aproximadamente a quince millones de personas en Europa. A comienzos del
XX la gripe española, que mientras finalizaba la primera guerra mundial ataco a
la humanidad liquidando cerca de cuarenta millones.
Pero encuentro aquí el error, remarcando que dentro de este y otros
tantos padecimientos que han hecho estragos para el ser humano durante su
crónica pasada, existe una la cual no fue nombrada.
Busque en libros, Internet, documentales sobre el tema y en ningún lugar logro encontrar a la afección más antigua
y peligrosa de la historia.
El amor, si, sonara un poco arrogante, ignorante, insensible hasta triste
decir esto. Sin embargo, fue, es y será por siempre la enfermedad sobre todas
las enfermedades. Pero es curioso decir que existen pocos casos de muerte por
culpa del amor, ya que el amor no mata a la vida, si no, que mata en
vida.
El amor es un padecimiento que cura, que nos hace sentir más vivos que
nunca. Nos produce felicidad, plenitud, gloria por así decirlo.
Muchos podrán decirme que han estados infectados, no obstante, creo que pocos lo estuvieron. No confundamos amor con apego o
compañía. El amor realmente cuando se está contagiado no se lo puede controlar.
No se puede curar, ni tampoco se quiere sanarse.
Y a pesar de que suena maravilloso cargar con esto, no es hasta que la otra
persona que yace junto a nosotros, la cual creemos que está enferma nos
demuestra lo contrario, que nunca fue así. Por qué repito, no embrollemos,
pueden existir síntomas muy similares con el cariño o el cortejo, y solamente
uno puede darse cuenta que se halla infectado cuando la enfermedad deja de
darnos todo lo que parecía una cura y nos ataca con lo contrario, con la
melancolía, el dolor, la muerte en vida.
Quizás piensen que con esta argumentación lo que le estoy diciendo es que
nunca, jamás se enfermen y no es así. Admiro a los acometidos de amor, me
compadezco de ellos y de mí. No existe forma de sentirse más vivo, que estando
enfermo de amor. Nada lo iguala, aunque parezca casi igual, no es igual, ni se
le asemeja a sentirlo.
Y el problema no es que exista gente enferma de amor, el problema es que no
lo estemos todos. Así que un día ojala pueda ser así, ya que solamente cuando
estemos todos enfermos, ese momento va a ser el cual todos estemos curados.
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